Posibles causas de los frecuentes desmayos que leemos en las novelas
Solemos leer en las novelas ambientadas en la época victoriana que las damas se desmayan. La pregunta que nos surge es: ¿por qué?
No es común que una persona se desvanezca por un simple rubor o una emoción intensa. ¿Qué les ocurría a estas jóvenes del siglo XIX?
Expertos en la historia aseguran que esto se debía a sus pesados vestidos. Las faldas de los vestidos eran muy anchas y necesitaban más tela para darle volumen. Llegaban a ponerse hasta seis capas de faldas para conseguir el volumen deseado. Hasta que llegó el invento de la crinolina.
La crinolina, a pesar de parecer un objeto tortuoso, fue una liberación para las mujeres de la época. Que sustituyeron las pesadas capas de ropa por este esqueleto hecho de metal. Claro que todo sus ventajas e inconvenientes, puesto que lo que ganaron en ligereza lo perdieron en seguridad. Varias mujeres murieron quemadas a causa de este artefacto (Lee aquí sobre la crinolina).
Sin embargo, con este artefacto, seguían desmayándose. Por lo que el próximo culpable en la lista son los corsés. Estas prendas fueron muy controvertidas para ese entonces, incluso hubo movimientos en contra. Puesto que, con varillas de ballena, oprimía el cuerpo de la mujer. Incluso provocaban el desplazamiento de órganos internos. ¡Qué peligroso! No podían respirar. Aun así, no fue ningún impedimento para muchas mujeres que montaban bicicleta o practicaban otros deportes. ¿Era él el verdadero culpable? ¿Qué opinan?
Otros piensan que era causa de la alimentación. Muchas jóvenes, en su obsesión por tener la cintura delgada, no se alimentaban correctamente. Esto no me lo creo mucho; al menos entre las damas de clase alta. Porque aunque la belleza de la moda dictaba tener una cintura estrecha, también era importante que las mujeres se mostraran saludables y lozanas para presumir de estatus social.
Pero… ¿y si era fingido?
¿Y si los desmayos eran un pequeño teatrillo femenino? De hecho, en muchas de mis novelas, las protagonistas recorren a fingir ciertos desmayos para conseguir sus objetivos. (En este punto, os recomiendo leer Piel de Luna y Lady Perla y el Caballero de Bristol).
Desde mi punto de vista, esto es mucho más creíble. En la época victoriana las emociones estaban mal vistas, y se juzgaban a las mujeres que expresaban sus sentimientos libremente. Creo que muchas de ellas recorrían a los desmayos para demostrar lo que sentían sin decirlo, puesto que estos sí eran socialmente aceptados. Es más, la fragilidad femenina se veía como una cualidad atractiva. A los hombres les gustaba que las mujeres fueran fáciles de impresionar y que se mostraran indefensas, para así ver reafirmada su masculinidad al protegerlas.
¿Vosotras qué pensáis? ¿Eran vahídos reales o fingidos? ¿Los corsés eran los culpables o la coacción de los sentimientos?